Es cierto que la ordenanza municipal especifica que el tamaño del cartel debe ir en consonancia con el presupuesto de la obra a realizar, pero en este caso nos parece, no exagerado, sino exageradísimo.
Qué les gustan a las administraciones un cartel y aquí la obligatoriedad municipal es, a todas vista, ridícula.
Parece que en tiempos de crisis, las imprentas de gran tamaño son las que se están llevando la palma, si no recordemos el plan E, el Proteja, las vayas de propaganda del segundo puente....
En fin, a buen entendedor...
Es algo tan ridículo, es la guerra de los carteles, de la publicidad, para que nos enteremos de qué hace cada uno.
ResponderEliminarRidículo es la empresa de construcción que lo está llevando acabo que va a durar más la obra que la de la sagrada familia de Barcelona.. los vecinos estamos hartos ya de los ruidos y de la demora de los albañiles que se pasan todo el día sentados en los balcones, y escuchando música a todo volumen desde las 8 de la mañana.Por no hablar de la imagen que dan que hasta he visto a algunos picando sentados en un bloque,están intentando alargar la obra descaradamente.
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