Entre unas y otras imágenes han pasado casi 46 años. Son las imágenes del día de la inauguración de los puentes José León de Carranza el 28 de octubre de 1969 y el puente de la Constitución de Cádiz de 1812 La Pepa, inaugurado hoy día 24 de septiembre de 2015.
Aquél fue un día de fiesta que unió a dos pueblos cercanos pero separados por la mar de la bahía, unía Cádiz y Puerto Real. Sus alcaldes llegaron andando desde sus respectivas localidades, se encuentraron a mitad de camino y se dieron un abrazo, así dicen las crónicas del día.
Los gaditanos de la bahía inundaron sus 1400 metros de longitud. Fue un acontecimiento al que acudieron familias enteras para no perderse algo histórico para esta bahía tan castigada y tan aislada, no sólo con el exterior sino internamente. En plena dictadura franquista se dio el lugar a la ciudadanía para que hicieran suya una infraestructura colosal y que cambiaría, para siempre, la forma de entender la bahía gaditana y sus comunicaciones.
Por contra, este 24 de septiembre de 2015, con una España en plena y consolidada democracia y con las tecnologías más vanguardistas en obra civil realizada por empresas de nuestro país, vemos el lado más lamentable que nos podíamos imaginar. Las grandes cifras del segundo puente más alto del mundo, el tercero atirantado de Europa, el más largo... se quedan empequeñecidas por las imágenes vistas hoy, gaditanos venidos de toda la comarca y la provincia para no perderse este día histórico... detrás de una valla.
Gaditanos, ciudadanos al fin y al cabo, que no han podido disfrutar de "su puente" como sí hicieron sus padres y abuelos. Los gaditanos de la democracia no hemos podido formar parte de esta inauguración que quedará en lo anales de nuestra historia. Toda ha quedado como un acto institucional y político, con el presidente del Gobierno, la presidenta de Andalucía y el alcalde de Cádiz. Ni siquiera el de Puerto Real ha asistido por lo descortés del trato ofrecido a los municipios en este evento.
Los gaditanos detrás de unas vallas, con la policía vigilando por si alguno se saltaba este "muro" de seguridad, como si de Melilla o Serbia se tratara. Qué pena que no hayan hecho partícipe de esta obra a los ciudadanos. Se escudan en asuntos técnicos para que esas jornadas de puertas abiertas no se hayan puesto en marcha. Excusas, sólo excusas, porque a estas alturas hay suficientes avances para conseguir la seguridad necesaria en una obra que ha costado más de 500 millones de euros.
El Cádiz de 1969 fue más democrático en plena dictadura que el de 2015, más tecnológico y con una "supuesta" democracia que ha impedido que la ciudadanía disfrute de este día. Una pena.
(IMÁGENES: Informativo Canal Sur Tv Cádiz)
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